Cuando hablamos de biometría nos referimos a la tecnología científica capaz de identificar individuos en función de sus rasgos biológicos, lo cual permite en definitiva que a través de esos rasgos que nos hacen únicos, sea posible una identificación total.
Impulsamos la biometría de reconocimiento facial en lugar de la táctil, no solo ahora en un contexto de pandemia global, sino también pensando en el futuro: es una tecnología que ha llegado para quedarse. La biometría a través del reconocimiento facial es una tecnología más avanzada en cuanto a experiencia de usuario y nivel de seguridad. Y creemos que cuando pruebas una nueva tecnología y tienes una mejor experiencia de usuario no dejas de usarla.
Más allá del factor contactless (sin contacto), se ha implantado la biometría de reconocimiento facial porque es necesario evitar la duplicidad de identidad y para realizar un registro efectivo y ágil de las personas que trabajan en el campo para el teletrabajo, por ejemplo, o para acceder a los sistemas de la empresa.
Los sistemas de reconocimiento facial ofrecen muchas más posibilidades por encima de los táctiles, como la demanda de sistemas de control horario, de verificación de identidad, y los de firma de contratos y compras.
El reconocimiento facial minimiza el riesgo de contagio porque no hay que tocar ningún dispositivo, además de ser la tecnología más robusta en cuanto a nivel de seguridad, ya que es inmune a imitadores.